
Antes de todos los tiempos.
Si, la tierra no pudo mas, se destruyó por sus contaminantes y por sus habitantes.... unas pocas personas subieron a la gran nave "God with us" como a otras mas, en busca de planetas para vivir....algunos sospechaban que habría un planeta similar a la tierra... varias "arcas de Noé" dejaron la tierra desecha en busca de .., una nueva tierra... humanos, animales, y otros tipos de seres...Pudo ver una flor por el enrejado y sintió otra vez esa corriente eléctrica que le erizaba los bellos de la nuca cada vez que tenía una visión. Una mujer estaba adentro, eso ya lo sabía, lo que no le gustaba era que también "veía" tristeza.
Aunque sabía que la estaban esperando tocó la puerta.
— Hola, ¿la doctora Andirha? — dijo una vez que entró — soy Sarha, usted me llamó.
La doctora no tendría ni treinta años, alta y morena; con una sonrisa le ofreció asiento.
— Supongo que sabe a que la he citado, ¿verdad? — preguntó con un tono desprovisto de esa morbosidad que a veces por ese racismo tenía que soportar.
— Creo que sí… es por él.
— Sí. Ha muerto.
Sarha no se inmutó, su sangre le permitía dominar la mayoría de las emociones y por esta vez deseó no llorar. Sabía que eso tendría que pasar tarde o temprano.
— Unos compañeros de la institución tienen algunas ideas de que hacer con el cadáver, mientras que unos desean embalsamarlo otros proponen conservarlo congelado por si algún día se pudiese revivir; unos amigos quieren conservar un pedazo de su lengua para intentar con el código genético, pero yo pensé antes en ustedes, creo que de alguna forma nosotros somos culpables de alejarlo tanto tiempo de ustedes.
Esa palabra le dolía a Sarha. Sabía que jamás sería aceptada. Siempre sería otra. Amigablemente otra.
— ¿Sabe cuando conocí a Segar? — Sarha parecía hipnotizada — ..En la nave; cuando yo era una niña y mi amiga Amelia y yo lo conocimos ... era mi mascota. Sí, ya se que parece grotesco pero había pocos perros y después de todo… la sangre llama a la sangre.
— Sí, supongo que es así.
— Pueden conservar un pedazo de su lengua — declaró mientras se erguía — lo demás será incinerado, creo que el polvo era sagrado en nuestras tradiciones.
La doctora Andirha la escuchó silenciosa, había convivido más de cinco años con Segar, era ya también su mascota.
Estaba claro que la doctora nacía nacido en tierra firme, es decir, en Mundo Nuevo, pero tampoco Sarha había nacido en la Tierra, ambas pertenecían a las generaciones que siguieron al abandono de la Luna; una frente a la otra en la sala de un laboratorio de zootecnía representaban el futuro de un duro proyecto, o para ser precisos, a dos proyectos.
La doctora Andirha pertenecía aun raza de la perdida India, morena y hermosa; Sarha aunque pertenecía también a la misma raza era rubia y muy blanca, pero su origen ya no importaba.
Ahora todos lo sabían: eran esos ojos brillantes y profundos los que delataban a sus ancestral.
____________________________
Ranjha estaba visiblemente preocupada y eso era algo que no deseaba ocultar, mucho menos Targón o al Dr. Brown, como quiera que se le llamare.
— ¡Será posible que seas tan … estúpido!
— Y que quieres, tenía que pasar tarde o temprano.
—Diablos Targón, se te encomendó una simple tarea y no la cumpliste.
— ¿ Y que vas a hacerme? convertirme en un vegetal o arrojarme por la puerta de basura al espacio?
La veterinaria lo miró decepcionada, no tenía ya nada que decir, sin duda Targón estaba tan deprimido como ella, más no podía permitirse el lujo de pedir al Consejo su exterminio, tanto el Dr. Brown como Targón eran importantes, uno para toda la nave y el otro para la reducida comunidad.
— ¿Sugerencias?
— Hablé ya con la Superiora, parece que no hay solución. Habrá que pensar en ocultarlo, aparecerá pronto.
— Y ¿cómo explicarás la desaparición de los perros?
— Eso será otro asunto — en una jaula de acero reposaban cuatro perros negros hechados y silenciosos, solo bufaban de vez en cuando — Podía decir que se los comió el león si a este lo suelto ahora.
— ¿Y sin dejar alguna muestra?
— Entonces diré que los incineré pues contrajeron un virus.
Si algo odiaba Ranjha era decir mentiras en su profesión, pero claro, también la otra profesión era muy importante.
— Tendremos que hacer algo pronto — volvió a cruzarse de brazos y miró al biólogo encargado del área de vegetación exótica — si tan solo esos malditos conejos no se hubieran comido toda la mandrágora que quedaba. ¡Demonios!
____________________________
La "God with us" continuaba su lento viaje por el espacio apoyada por sus motores nucleares, cruzando de alguna forma el espacio para llevar una muestra de la humanidad a tierras seguras.
Un mundo que ya había sido descubierto por Stargenton y el alemán Hoffman, un planeta con posibilidades como la perdida Tierra. Aquellos expedicionarios habían dejado la Luna, morada obligada dadas las altas radiaciones que sufría la Tierra a causa de… bueno, a causa de un inconveniente desacuerdo.
Pero eso carecía ya de importancia, ahí estaban ahora, cuatro mil seres humanos, animales y plantas terrestres. Entes que algún descuido maravilloso del universo les concedió la vida, huyendo en busca de la seguridad que sus abuelos les negaron.
____________________________
La doctora Ranjha pasó la mano por el cabello rubio, estaba visiblemente nerviosa, había olvidado cuantas veces fue a hablar con la Superiora.
— Ya te lo dije Ranjha, no hay solución.
La Superiora era una anciana muy bien conservada, que gustaba de permanecer joven gracias sus secretos de familia.
— El error cometido por Targón nos costará que nuestro secreto sea develado Ranjha.
— ¿A todos?
— A toda la nave — se adelantó al pensamiento de la joven de : "sólo a los involucrados" — querida, es tiempo de que una poca de la Luz nos de también a los Obscuros.
— Y ¿qué debemos hacer?
— Por el momento mantener vigilado a los perros, pronto pasarán los efectos de la mandrágora. En la Tierra sería hasta que la Luna y el Sol se encontrasen en el cielo, un eclipse, pero aquí, en el espacio, bueno.. sólo la hierba lo dirá. Después una comitiva, que yo encabezaré, irá a hablar con el Capitán.
— Bien, pediré a algunos chicos que cuiden la entrada y que no dejen pasar a nadie al laboratorio. Señora. quisiera acompañarla en la comitiva, si es posible.
— Concedido, pero cual es son tus motivos — dijo la Superiora que conocía la respuesta.
— Deseo asumir toda la responsabilidad de la pérdida total de una raza canina.
La superiora lanzó una sonora carcajada develando verdadera edad. No era ningún secreto el odio entre perros y "gatos"
____________________________
Sarha caminó lentamente por el largo corredor que la alejaba del laboratorio de la doctora Andirha. Si su querido amigo, su pequeña mascota se había ido. Amelia se había casado ... y con el ingeniero de sistemas y ahora tienen dos hijos. Pero aun recordaba aquel día.
Entonces se detuvo. Tierra Nueva su nuevo hogar que la nave los había llevado era demasiado rojo. Dolía mucho ver el cielo. Extraños árboles — si es que a eso se le puede llamar árboles — crecían en su suelo.
La nave se había demontado y convertido en laboratorio .. pero Sarha aún recordaba que precisamente en esa alfombra muchos años antes su vida había cambiado ...
Fue ahí justamente cuando era niña practicaba en secreto con su amiga Amelia..
Sarha insistía en hipnotizar a su mico de felpa, pero él se limitaba a permanecer inmóvil.
— ¿Quizá ya esté hechizado ? — se resignó con un lamento.
— Supongo que sería mas fácil con algo real — dijo Amelia, su más íntima amiga, casi de la misma edad. Ambas habían sido educados para ocultar su ascendencia y sus poderes.
— Oye tengo una idea, ¿y si vamos y hechizamos a un conejo? He visto en las películas como magos humanos lo hacen ¿Qué pasaría si lo hechizara una auténtica bruja?
— Eso sería fácil — dijo indiferente Sarha — y volvió a mirar el espacio. Estaban sentadas en el corredor de un gran ventanal de la nave.
— ¡Entonces un gato!
— ¡Nadie puede embrujar a un gato, es imposible ya sabes las reglas!
— Yo sí puedo — dijo con altanería Amelia — y hasta haré que cante la Oración de la Noche
— ¡Eres una mentirosa Amelia! ¡una mentirosa!
— vamos entonces al laboratorio con tía Ranjha y te lo demostraré.
Como dos resortes atravesaron el largo pasillo hasta el ala que se dirigía al laboratorio de Zootecnia.
La estructura de la enorme nave les imponía la obligación de tener que caminar varios metros hasta el elevador más cercano, de pronto se encontraron con un gran hondonada y, claro, el puente central que las separaba del laboratorio unos cincuenta metros hacía arriba.
— Vamos, nadie nos ve aquí — Sarha asintió y ambas recordaron lo aprendido.
Es imposible decir lo que pensaban, sólo ellas podían sentirlo. Inclusive ambas debían sentir diferente. Sus pequeños cuerpos empezaron a elevarse, primero a unos centímetros del suelo, luego muy rápido hacia el nivel deseado.
— Muy bien, ya llegamos.
El laboratorio estaba cubierto por plástico y cristal, decorado con colores verdes y tonos obscuros, todo olía a amoniaco y desinfectante.
A Sarha no le agradaban los animales, quizá se debía a que jamás había tenido gran contacto con alguna mascota, pero haría una excepción esta vez.
— No veo a los gatos — dijo Amelia quien siguió buscando entre las jaulas, recorriendo pasillos de la estantería, acomodados a veces por especies y con sus nombres en latín: aves, peces, cuadrúpedos, roedores.
— Aquí están Amelia — frente de Sarha estaban varios felinos.
— Eso es un león, tonta, yo digo gatos, ya sabes de los chicos.
Sarha se rió retándola, ¡ .... a que no hechizaba a un león!
— Sigue buscando. Mira, ahí están — a unos metros dormían en una fraternal bola diez gatitos negros — ¿No son lindos? Ahora veras, pero ¡antes debemos apostar!
Sarha recordó que le dijo a Amelia que le apostaría a au mono de felpa. Sería una buena apuesta, Amelia comenzó a hablar:
— Yo te imploro Luz de las Galaxias — decía mientras levantaba sus brazos y miraba a los gatos dormidos, Sarha la contemplaba divertiva — ¡Canta canta gato canta la Oración !
De pronto un bramido en sus espaldas interrumpió el encantamiento
____________________________
— ¿De que se trata todo esto? — el capitán Cangaler miraba sorprendido al extraño grupo que estaba parado ahora frente a él. Los conocía a todos, incluso era muy buen amigo de alguno de ellos.
Cangaler era un hombre formal y muy civilizado que había sabido ganarse el cariño de toda la tripulación desde la muerte de su padre de la "God with us".
— Es un asunto digamos .. un poco difícil de entender en un principio, señor. Pero también es verdad y creo que debe ser aclarado de una vez por todas — la Superiora le miró después de tensar sus palabras siempre bien cuidadas y pulidas pues de ellas dependían la seguridad de toda una raza.
— ¿Grave? — la miró el capitán mientras ella le respondía afirmativamente — bueno, ustedes dirán.
La comitiva se componía de doce personas, gran parte de ellos solo estaban de más, tan solo para aparentar tensión.
—Capitán, no soy de las personas que les complace referirse a la Historia, pero el asunto lo requiere — dijo
— Al grano ingeniero Carroll, señora.
Si la Señora, o ingeniero Carroll había servido en el puente de mando por muchos años. Jamás se sabía con certeza su edad. Había resuelto muchos problemas que el capitan y toda la población le habían agradecido.
— Necesito decirle ahora una realidad...mi verdadero nombre es Vasía, pero si, soy ingeniero. Soy su ingeniero de siempre capitán...pero mi verdadero nombre si, es Vasía, y estos compañeros — refiriéndose al grupo que se enfrentaba al capitán — me conocen como ... la Superiora.
— No tema Capitán. Señor. ... Tengo que decirlo, creo de la manera más rápida y clara posible.
¿Cree usted en los brujos?
El capitán sonrió de forma prudente, Todos conocían los rumores de espectros de antiguos ocupantes que rondaban por los corredores de la nave y según el rumor general a causa de no ser enterrados tal como "Dios lo hubiera querido, en la tierra.. incluso en tierra sagrada"
El capitán mismo dejó que siguiera tal rumor, sólo para aliviar la tensión que producía el viaje hasta el planeta Mundo Nuevo, ya próximo. Ambos, la nave y el habían pasado lo peor: plagas, epidemias, histeria colectiva y ahora que casi terminaba todo, justamente ahora surgía otro problema…brujos.
— No — contestó con cara de indulgencia
— Bien, lo entiendo. Es comprensible. Bueno...es un placer informarle lo contrario. Sí, usted disculpe ... pero sí, si existimos y estamos frente a usted.
____________________________
— Amelia, no vuelvas a gritar.
— No fui yo, te lo juro.
El bramido se repitió con más fuerza tras de sus espaldas, los gatos y todos los animales se habían despertado y aullaban asustados.
— Muy bien ¿qué es entonces? — la sangre de Sarha le permitía ignorar el temor, pero lo que vio al dar la vuelta le hizo cambiar su forma de pensar.
En una gran jaula con un letrero decía: "Pastores Alemanes. Caninos 1650 - 1656 cat." Ahí estaba un gran lagarto verde, de piel escamosa y con la mirada hacía el suelo. Sus patas tenían el tamaño de un perro grande y su cola se enroscaba en todo el espacio disponible que quedaba en la jaula. Tenía una boca dentada y babosa y mostraba una repugnante lengua que lamía los barrotes y al hacerlo sus ojos se fijaban serenos en las pequeñas.
— Sarha, eso es…
— Sí. No temas, no nos hará ningún daño, no a nosotras.
— ¡Quizá el no esté informado de la tradición Sarha!
— Todo dragón lo sabe, tonta — lo miró con desafío. ¡cómo era posible que Amelia no recordada eso!
____________________________
— Creo que suponen debo aceptar esas historias, señora, ingeniero , Carroll, más — … su rostro escéptico se tornó frío al contemplarse en el techo de su oficia y ver abajo de sus pies a los brujos que lo observaban tranquilos.
— ¡Santo dios!
Al bajar respiró más tranquilo. En el espacio es muy común el flotar un poco por la falta de la gravedad artificial cuando esta fallaba, ¡pero esa falla mecánica ya se había arreglado!
Así que … repasando… sin duda la historia podía ser verdad. Una secta separada de los humanos, un mayor cerebro pocas defensas físicas, un sinfín de variables que la antropología había descuidado y que ahora arrojaban a esos infelices en la misma nave.
— Esa es nuestra historia capitán, somos tan humanos como usted. Nuestra raza también desciende de un prehomínido. El australopithecus en el periodo glacial emigró hacía los montes Siwalik, pasó mucho tiempo y el ambiente nos obligó a ser sedentarios, perdimos mucha fuerza física pero dominamos el poder de la mente, con el tiempo aprendimos astronomía, astrología, el poder de curar y la levitación. Magia en pocas palabras.
Mientras la raza humana perdía valiosos siglos luchando por tierras que después perdería, mientras se acostumbraban en tener inteligencia y convivir, nuestra raza evolucionó silenciosa, recluida en las montañas del Tíbet.
A diferencia de ustedes, nosotros honramos el conocimiento de nuestros ancestros, bueno o malo , no lo destruíamos, ni usábamos la violencia. Desarrollamos la democracia diez siglos antes que los griegos y romanos la intuyeran. Aprovechamos cada minuto de nuestra historia para progresar, tal como lo hicieran ustedes en las postrimerías del siglo veintiuno.
Se preguntará entonces, ¿por qué estamos aquí como polizontes en su nave? La respuesta es simple, si teníamos el poder de viajar por el espacio, habíamos salido de la Tierra mucho antes que ustedes y por lo mismo aprendimos lo hermoso que era nuestro hogar, después ustedes agudizaron su red de espionaje y nos fue imposible explorar el espacio.
Mas tarde el Consejo dictaminó la Gran Guerra de la cual ya apenas recordamos por que se inicio ... abandonamos la Terra para dirigirnos a la Luna con mucho de nuestro equipo y nuestra gente. Pero no nos había llegado aún el momento de ver La Luz
Pero capitan ... esta vez un problema ha escapado de nuestras manos y es también pretexto para presentarnos por primera vez ante nuestros hermanos humanos.
El capitán no sabía si abrazarla y ponerse a llorar o sentarse a discutir las consecuencias.
— Verán — aclaró su garganta — todo esto puede ser verdad, pero ¿qué hay de todas las leyendas? ¿sobre la maldad de las brujas y con ello los vampiros y esas cosas?
— Una duda natural, capitán. Ellos existen. O mejor dicho, existieron. Debe recordar, señor, que aun la raza humana tuvo variantes con su especia, la nuestra también se ramificó, algunas de ellas dieron origen a animales, por ejemplo... licántropos, lobos, pegasos, unicornios o simples caballos, pumas, delfines — si todos ellos son de nuestra raza — un verdadero ramillete de seres que habitaron hace mucho tiempo, por lo regular la mayoría parecía, otros. Otro tipo de gente. Confundida entre la de ustedes.
Lo más fuertes y poderosos sobrevivían más tiempo.
El capitán entró un poco en pánico...
Este asunto mostraba otra cara, la nave podía quizá aceptar otra epidemia, tal vez podía hasta controlar la xenofobia que seguramente generaría, pero ...monstruos corriendo por corredores, ávidos de sangre ¡eso nunca!
— No tema capitán — intentó tranquilizar la señora Carroll adelanándose al pensamiento — en la "God with us" no viaja ni uno de ellos. Todos han quedado perdidos y olvidados en la Tierra.
Esos hermanos nuestros ya han muerto — no pudo reprimir un quebranto en su voz.. además de que no deseaba reprimirlo. Después de todo eran parte de su especie, una parte fundamental.
Recordaba historias familiares y su mente divagó unos instantes en los pensamientos de burlones vampiros siempre coquetos y juguetones, a los taciturnos pero afables licántropos, todos sentenciados ahora al olvido
— ¿A que se refiere? ¿Ya no hay vampiros, ya no hay hombres lobo?
— Así es, y para ser muy franca… licántropos si había en la nave, pero verá capitán.. al verse librados de la influencia de la luna Llena todos ellos no lo soportaron . Recordará que suicidio colectivo hace varios años.
— Disculpe ... no recuerdo
— Su padre lo presenció. Ellos de dispararon balas de plata en una ceremonia cerrada de hombres lobos hace casi treinta años, casi al principio del viaje, usted era un niño.
— Mi padre me dijo que era un grupo de fanáticos.
—Otros seres han desistido o perdido sus facultades, sólo los brujos conservamos la Fuerza, pero está es muy debil, los astrólogos por ejemplo han dejado su oficio, ya que las estrellas han cambiado su posición y mucho su influencia. Y los que trabajaban con hierbas les es más escaso su trabajo, el material comprenderá ... ya no es tan accesible.
— ¿Y qué queda entonces de ustedes? ¿Cuantos son?
— Cerca de cincuenta, pero podemos ofrecerle un par de pruebas excelentes
— ¿Cuales son?
____________________________
El dragón las miraba silencioso y con recelo
— Lindo — le dijo suavemente Sarha tratando de acariciarlo
— Pero no sea tonta, te comerá la mano
— Como crees eso. ¿verdad que no me harás nada?
El animal cerró los ojos y bajó la cabeza dejando que la pequeña mano acariciara la sólida cresta que coronaba su espina dorsal.
— Ya ves, es muy manso ¡vamos a sacarlo.. ayúdame¡
— Estás loca, nos comerá a las dos
— Dime, ¿eres bruja o no?
— Por supuesto que soy bruja, pero no soy una bruja tonta. Primero debemos comunicarle a la Superiora
— ¡Para que ella te diga lo mismo que yo! Vamos Amelia, si no me ayudas lo haré yo sola — la pequeña alcanzó el panel eléctrico y se concentró para determinar la clave de la jaula, después de teclearla el animal estaba libre.
El gigantesco reptil se acercó a ella, esta vez la miró fijamente en la cara. Una rara corriente de algún reconocimiento ancestral se ejerció entre ellos.
— ¡Te arrojará fuego Sarha!
— No, te lo arrojará a ti si no te callas. Y ahora vámonos . Dice que tiene hambre.
El dragón dio un resoplido y miró hacia su costado izquierdo.
— ¿Qué pasa? — Sarha lo miró y luego trató de esconderse — Alguien viene.
Targón y un joven se acercaron a las jaulas.
— Vamos chicas, salgan de ahí. Sarha. Amelia. Salgan niñas. ¡Sabemos que están ahí.!
Ambas aparecieron y el dragón estaba ahí con la mirada fija al suelo. Como la de un reo.
— Bien. Están aquí. Y tu también "jovencito" — el animal los miró y dibujó una tímida sonrisa.
____________________________
Se trataba de duendes — dijo la señora Carroll mientras sacaba a dos pequeños seres de su chaqueta y los colocaba en la mesa, el capitán no podía menos que maravillarse, ahí estaban unos humanos diminutos y calvos que jugueteaban con la computadora de su oficina. Y .. no.. ¡no eran extraterrestres!
— La otra prueba se trata de un dragón, ¿desea verlo?
— Creo que no será... necesario por el momento . Ahora sólo me preocupa como evitar que la histeria colectiva que se producirá en la nave. No puedo salir al pasillo y gritar "Hay un dragón en la nave" Y lo que es peor mostrarlo. Tampoco desearía que se destruyera tal especia… incluyéndonos.
La señora Caroll, la Superiora, lo miró silenciosa, era un asunto grave pero cómo todo en esta vida .. todo tenía solución.
— Si usted me lo permite, puedo sugerirle una solución. Creo que arreglaría el asunto
— Usted dirá.
____________________________
El asunto había quedado resuelto. Segar, el dragón, como le había nombrado Sarha se paseaba tranquilamente por la calzada principal de la "God with us" y todos lo ignoraban tranquilos. Por supuesto reconocían su existencia así como la del los brujos y los duendes.
Una solución simple: droga en toda la comida; eso había evitado la histeria en el momento del anuncio de los polizontes. Si no se había hecho antes, insistencia de la Superiora, era por la ética de la raza Obscura.
Ahora el capitán y todos en la nace aceptaban a su nueva tripulación, tranquila y conscientemente.
— Bueno, Señora Carroll, creo que todo está en calma, y aún no le he agradecido su ayuda; pronto se celebrará el primer simposium de Brujería Espacial y nos podrá exponer toda esa fascinante historia con mayor claridad.
— Sí es agradable que todo esto haya terminado capitán. Pero a mí aún me sorprende que usted haya aceptado con tanta serenidad el uso de la droga. Después de todo es una solución poco ética para la raza humana, claro está que es una solución... a fin de cuentas.
Caminaron hasta el gran ventanal del corredor que permitía ver el ya cercano nuevo sistema solar.
— Así es señora Carroll. Supongo que si yo también fuera humano me opondría — sonrió ante el asombro de la Superiora que notó felizmente el par de colmillos en la boca del capitán.
— ..¡Señor Capitan! le soy honesta..no lo sabía... pero es reconfortante tenerlos cerca y saber que aun están entre nosotros, hermano — concluyó la Superiora.
POR CALABRIA.
Este es un relato de ficción, todos los personajes son ficticios al igual que la trama,
cualquier parecido con algún evento en la vida real es mera coincidencia.
____________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario